jueves, 13 de mayo de 2010

Hilandera


Cuadro de Velazques "Las Hilanderas"

En nuestro pueblo se hilaba la lana de las ovejas en las noches largas de invierno al calor del hogar, todo un arte de nuestras mujeres de antaño.

Primero era necesario esquilar en verano a las ovejas, luego lavar la lana en el río con las canastas para su transporte, luego dejarla secar al sol en los artos y después guardarla en vellones. Una vez esquilados y lavados los vellones de lana, el primer paso para la obtención del hilo era el “cardado”: la lana después de lavada, se quedaba un poco apelmazada, y era necesario deshilarla bien antes de proceder a su hilado. Para ello se recurría a diversos tipos de cardas, cuyo modelo más antiguo está en este instrumento con mango formado por un armazón de madera donde se insertan los cardos secos.



Este proceso, que requería mucha paciencia, se utilizaban ambas manos en operación conjunta. Se ponía entonces la lana entre las cardas, y se cardaba o peinaba en el mismo sentido hasta separar bien los hilos, y cuando ya estaba bien cardada, y se quería sacar de la carda, ésta se pasaba en sentido contrario para desenredar la lana.

Tipológicamente, este instrumento corresponde a los modelos más arcaicos. Durante muchos siglos la humanidad se ha servido de las púas del cardo (Dipsacus fullonum) para cardar la lana. De ahí le viene su nombre a pesar de que éstas hayan sido sustituidas por otros materiales.

Mas tarde esta lana cardada llamada copos, se hacían servir de ellos para hilarlos mediante el huso y convertirlos en lana de varias hebras mediante la rueca, para hacer cualquier labor con ella, como: jersey, piales, bufandas, guantes, etc...

El Huso



Un huso es un objeto que sirve para hilar fibras textiles. En su forma más simple es un trozo de madera largo y redondeado, que se aguza en sus extremos[1] y que en uno de ellos, normalmente el inferior, lleva una pieza redonda de contrapeso y tope, llamada malacate, nuez, tortera o volante.

Para hilar con un huso se comienza por tomar un copo de alguna fibra textil como lana o algodón y se retuerce una porción entre los dedos hasta darle forma de hebra. Esta hebra inicial se amarra al huso y se sigue realizando el procedimiento de torsión. Mientras tanto, con la otra mano se hace girar el huso con un extremo afirmado en el suelo, de modo que la hebra vaya enrollándose a él, en esta operación la tortera ayuda a evitar que el huso se desestabilice y caiga. Una vez que el huso se ha llenado, la fibra hilada se desenrolla manualmente o con una devanadera, para guardarla como ovillo o como una madeja, en este último caso, también puede usarse un aspa.



La rueca instrumento que sirve para hilar las hebras finas de lana, formado por una vara donde se ponía la materia textil y un huso.

Podiamos conseguir lana mas gorda torciéndo la lana de varios ovillos en hebras de lana mas gorda, haciendolo a mano.



El torno de hilar mecánico se acciona a mano o pisando repetidamente un pedal. Al hacerlo hace girar el torno y retuerce la lana a medida que la enrolla en el huso. Una correa pasa por una rueda y por una pequeña polea para hacer girar el torno. Los tornos de hilar son mucho más rápidos que los husos de mano, pero la hiladora sólo puede hilar una medida de hilo a la vez.

El primer torno de hilar mecánico, conocido como Spinning Jenny, tenía 8 husos. Las siguientes versiones tenían 16 husos, y más tarde 120, todos accionados con la misma rueda.

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