lunes, 27 de enero de 2020

San Antón y su hoguera


En este mes de enero algunas de las fiestas y tradiciones más ancestrales e interesantes

alrededor del despertar de la naturaleza y del fuego que se celebra en nuestro pueblo,

Crivillén, y pueblos de la rodolada.

Voy a desarrollar un poco de historia, tradiciones de tiempos ancestrales, que se pierden

en la antigüedad de los tiempos y que hoy en día se tratan de celebrar y recordar, por un

pesado motivo, que no se pierda y siga en las mentes de todos nosotros, hijos y nietos ,

como también las generaciones venideras.

Llega el mes de enero, el día alarga, la naturaleza comienza a despertar de su letargo y

nuestro pueblo, Crivillén , celebra la festividad en torno al fuego purificador. Un fuego

de orígenes paganos para anunciar un cambio en el ciclo de la vida del campo que se

renueva año tras año, casi siempre en torno a la festividad de San Antonio Abad, San

Antón para nosotros, relacionado con los animales domésticos.

La festividad de San Antonio Abad, que se celebra el 17 de enero, está íntimamente

relacionada con la bendición de los animales y el fuego.

Vayamos al pasado y pongamos unas notas de leyendas y tradiciones muy antiguas y

que es bueno poderlas exponer para el conocimiento general.

San Antón era un joven de familia adinerada nacido en el año 251, el santo anacoreta lo

dejó todo para retirarse al desierto -en Egipto, su tierra natal- y dedicarse por completo

al ayuno, la oración y la lectura de textos sagrados y que distribuyó sus bienes entre los

pobres. De la biografía de san Antón (muerto el 17 de enero del 356, a los 105 años de

edad), destacan las tentaciones a las que lo sometió el demonio para hacerle desistir de

su vida ascética y contemplativa. Vacuas promesas de lujuria y riquezas que al santo le

eran presentadas por diablos, muy frecuentemente con apariencia de animales.

Vayamos por partes, pero directos, para desmontar el mito de San Antonio Abad: el

origen de las hogueras que se producen estos días es pagano y un ritual que se pierde en

los tiempos, siendo en origen un rito iniciado con el ciprés.


Para explicar la relación con el ciprés lo hacemos porque para los antiguos, desde

romanos , incluso mucho antes, este es un árbol sagrado, el más sagrado de todos por

excelencia. Incluso para los católicos, antaño, era un árbol sagrado (y lo sigue siendo, ya

que muchos templos tienen en su interior puertas, mobiliario y vigas de este árbol).


Esta tradición de origen pagano se llevaba a cabo como medio de purificación y

renovación y para rendir homenaje a los animales, que servían de alimento, transporte y

forma de trabajo.

No podemos dejar de pensar que los ritos que tienen lugar en torno a la celebración de

San Antón, sean una asimilación cristiana de ritos paganos anteriores, relacionados con

el año nuevo, la protección contra las enfermedades, y la renovación de los ciclos

productivos ganadero y agrícola. Ritos en que los animales domésticos y el fuego

cobraban especial protagonismo, como garantes de la supervivencia de la comunidad

ante la crudeza de los meses de invierno.

El fuego como elemento purificador para empezar el año. En todo Aragón es tradición

celebrar con grandes hogueras la festividad de San Antón .

Las hogueras (una o varias por pueblo) y la bendición de animales son el núcleo central

de la fiesta, que se acompañan por otros actos como comidas populares, verbenas, etc..

Tratándose de una fiesta que se celebra en pleno invierno, hace que sea todavía más

familiar y acogedora, y por ello, mucho más querida por los propios vecinos. En torno a

la festividad del patrón de los animales se celebran numerosos y variados actos.


En San Antón es muy común la costumbre que consiste en recoger comida por las casas

para subastarla y recaudar dinero para el bien común de toda la comunidad.

La purificación del fuego debe interpretarse en dos sentidos, en el material; limpiando la

casa de muebles viejos y desechos que se arrojaban al fuego, y en el espiritual, limpiar

el aire de malos espíritus.

Así que, la próxima vez que acudáis a una festividad donde haya una hoguera en honor

a San Antonio Abad, pensad que su origen verdadero para nada es católico, sino que es

la propia iglesia la que tiende a hacer propia las fiestas que en origen no son suyas.




Como sabéis, es típico cambiar páginas de la historia y atribuir todas las fiestas a santos

y convertirlas a cristiano.


Puestos en el presente se pasa a desarrollar lo que ha perdurado en el transcurso de los

tiempos y a día de hoy se desarrolla en nuestro pueblo una actividad muy ligada a las

costumbres de antaño, todas puestas como una festividad ya muy cristiana y que se trata

de que perdure para siempre.



Horacio Aced Ortín

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