Los Malecones de Crivillén
Pared entretejida debajo de los malecones
Detalle de uno de los 30 malecones que hubo en su día en la carretera de nuestro pueblo de Crivillén
Conjunto más grande de los malecones
Protectores del abismo
Testigos impertérritos del tiempo
Son grandes piedras de forma rectangular talladas que se ponían
antiguamente en el borde de las carreteras en donde había gran
peligro de caerse, como barrancos, acequias,etc... hacían la
función como los quita miedos, los podemos encontrar todavía
hoy subiendo por la carretera vieja un poco más arriba de la
peñacaida, quedan 18, en pie, antes había también muchos,
en la última curva de la entrada del pueblo, enfrente de la cochera
del Michel, por lo menos 10 malecones, pero se sustituyeron por
las vallas metálicas que amortiguan más los golpes de los vehículos,
los de la peñacaida están allá todavía resistiendo al paso del tiempo
como colosos de otra época, porque por esta carretera ya no
transitan vehículos desde que se hicieron las nuevas carreteras, por
peligro de derrumbe de las piedras de la peñacaida, que cortaron la
carretera y por eso no fueron sustituidos, nadie baja con el coche
por allí salvo algún que otro nostálgico que gusta bajar por ella de
vez en cuando,
O añora como yo de cuando eramos críos que subíamos hasta
allí o hasta los corrales de Valdemazí a redonchar con el aro y
el manillar corriendo sin parar.
El asfalto de la carretera está deteriorado en algunos tramos,
en otros es invadido por zarzas y rosales silvestres y es usada por
los paseantes de verano que desde la ubicación de los mismos
malecones disfrutan de unas vistas excelentes de la Calera, de la
frasinuela, de las riberas del Escuriza y del vuelo de numerosos buitres
sin ningún tipo de ruido ni contaminación y disfrutando de los aromas
del romero, del tomillo y del espliego que son abundantes por la zona
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