Si podemos afirmar que existió en época temprana una pequeña industria en nuestro pueblo, habría que hablar principalmente de los molinos. La sustitución del esfuerzo humano por la fuerza del agua, se produce en la Edad Media, momento en el que una serie de pequeños molinos, van poblando los numerosos arroyos y mediante la construcción de embalses (tipo balsa)
El mecanismo de rotación está compuesto, por lo general, por los siguientes elementos: una rueda formada por una serie de palas radiales, que giran al recibir el impulso del agua;
El mecanismo de molturación está formado por dos piezas cilíndricas de piedra, llamadas muelas; la inferior es fija y la superior, móvil que gira para que con su rozamiento sobre la primera, se produzca la molturación del grano.
El trigo llegaba a lomos de caballerías mediante las talegas, sacos alargados blancos y algunas con una raya azul a lo largo, solían transportar tres cada animal, luego se volcaba en la tolva de recogida
; después se limpiaba de las impurezas y se cribaban las piedras, y poco a poco va cayendo por el agujero que lleva la rueda superior.
Esta al girar sobre la inferior produce la molturación del grano, que se va depositando en un amplio cajón de madera. El grosor de la harina depende de la separación entre las dos muelas. Esto se hace con ayuda de una barra accionada desde dentro del molino, que permite subir o bajar el puente donde va apoyado el árbol. Cada 8 ó 10 días de funcionamiento se levanta la muela volandera para proceder al picado con ayuda de un pico metálico.
El pago por la molienda se realiza generalmente por el sistema de maquila, quedándose el molinero con una parte proporcional a la cantidad molida mediante un recipiente de madera, con una capacidad de 500 a 600 gramos. La molienda de harina se transportaba de nuevo en las talegas cargadas en los machos hasta el pueblo ya que los molinos estaban a las afueras y se subía al hombro por las escaleras estrechas y bajas de las casas hasta descargarlas en las alcarineras, que era un lugar fresco y sin humedad donde se guardaba hasta su consumo, principalmente para hacer pan en el horno del pueblo.
La importancia de los molinos en la antigüedad era tan grande que estaban sujetos a monopolio y limitados a unos puntos concretos previa concesión o autorización. En nuestro pueblo ha llegado a haber tres o cuatro, el más conocido y el último en cerrar el del Carmen,
Además antiguamente los propietarios de los molinos, por lo general en sociedad cooperativa, imponían a los vecinos del pueblo la obligación de mantener siempre limpia la presa para no causar daño al molino.
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